Hiciste todo lo posible por perderte el funeral

Perdiste la noción del tiempo en la carretera

Sentiste ganas de literalmente dar unas vueltas con una silla de ruedas

Torturaste a un vagabundo encarcelado

No sentiste necesidad alguna de rechazar a Lenny con delicadeza

Reunida con un amigo peludo

Te redescubriste como una criatura de la noche

Tuviste un comportamiento coqueto en el ordenador

Aprendiste una fría y dura verdad acerca de tu cara

Apenas resististe el impulso de convertir un oso en barbacoa

Amplificaste el cáncer de pulmón de Goober

Totalmente fascinada por los monólogos de Goober

Quisiste implicarte en una clásica quema de libros

Le tenías manía de veras a Goober

Te convertiste en una gran fan de esos bonitos, adictivos y, que no se nos olvide, cancerígenos cigarrillos